La obesidad es un problema nutricional en aumento. Constituye un factor de riesgo de varias enfermedades crónicas, no transmisibles, asociadas a la nutrición, entre ellas, las enfermedades cardíacas, la hipertensión arterial y la diabetes. Pero si te habitúas a llevar una dieta balanceada y realizar ejercicios regularmente, no tendrás de qué preocuparte. Aquí van algunos consejos.
- Trata de ingerir alimentos seis veces al día, y no omitas comidas, sobre todo el desayuno: te ayudará a llegar con menos apetito a las comidas principales.
- Consume alimentos con bajo contenido de grasa, como leche, yogures, quesos y postres descremados.
- No incluyas en tu dieta fiambres, galletitas dulces, pasteles, helados, hamburguesas, mayonesa, y cualquier otro alimento alto en contenido graso: consúmelos sólo ocasionalmente.
- Evita alimentos con alto contenido de azúcares como golosinas, dulces, mermeladas, gaseosas y jugos comerciales: para todos los días elige agua o jugos sin azúcar.
- Ingiere diariamente al menos 2 porciones grandes de vegetales y 3 porciones de frutas, cereales y panes integrales: incorporarás vitaminas, minerales y fibra.
- Controla el consumo de alcohol, pues aporta muchas calorías y resulta tóxico para varios órganos: intenta beber sólo en el fin de semana y siempre en cantidad moderada.
- Realiza actividad física aeróbica todos los días, al menos durante 30 minutos: puedes utilizar bicicleta, cinta, tomar clases aeróbicas en algún gimnasio o salir simplemente a caminar.
